El ponche es, sin duda, una de las tradiciones más queridas durante las fiestas decembrinas en México. Esta bebida caliente, que conquista con su aroma y sabor, tiene una historia fascinante que une culturas de Asia, Europa y América.
Aunque el ponche es un emblema de la Navidad mexicana, sus orígenes se remontan a Asia, específicamente a Persia. Allí se preparaba el "panch," una bebida hecha con agua, limón, hierbas, azúcar y ron. Con el tiempo, esta receta viajó a Europa, donde se adaptó y fue renombrada como "punch." La palabra "ponche" deriva del término antiguo "pac," que significa cinco, en referencia al número de ingredientes necesarios para su preparación original.
La receta mexicana de ponche navideño es única y ha sido adoptada con variantes en varios países de América del Sur. Llegó a México durante la Conquista española, pero se transformó con ingredientes locales como el tejocote y las cañas de azúcar. Originalmente, el ponche era exclusivo para adultos porque todas sus versiones incluían alcohol, comúnmente conocido como "piquete."
¿Por qué tomamos ponche en Navidad?
Existen varias teorías sobre cómo el ponche se convirtió en la bebida navideña por excelencia. Una versión apunta a los conquistadores europeos, quienes introdujeron esta tradición al consumirlo en invierno. Otra explicación es que los ingredientes del ponche, como el tejocote, la guayaba y la caña, son productos de temporada, lo que lo convirtió en un símbolo de las posadas y festividades decembrinas.
Por último, se resalta el aspecto nutritivo del ponche. Esta bebida no solo es reconfortante en los días fríos, sino que también es saludable gracias a los nutrientes que aportan sus ingredientes. Ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y prevenir resfriados, convirtiéndose en un aliado perfecto para cerrar el año con salud.